Rosa Regàs


He aquí un divertidísimo personaje con un pasado muy duro en la lucha antifranquista: Cadaqués y Bocaccio.

Convirtióse en representante divina de la gauche ídem, movimiento que transformó al mundo sin que el mundo lo notara.
Pero... aquellos eran otros tiempos. Los presentes son más duros. Fíjense que, en seis lustros de democracia, la derecha ha tenido la impertinencia de gobernar dos y pico. Y de manera imperdonable, no ha prohibido los partidos o algo así.
Es, por tanto, una situación de alerta máxima que exige héroes bien curtidos; como ella. Que sepan de que forma atajar el peligro; como ella.

Así las cosas, es de lo más natural que se haya convertido en el único -y pintoresco- caso de director de Biblioteca Nacional que proclama su deseo de que se multipliquen por cero los lectores de periódicos.

¿Acaso se creen que en Bocaccio podía entrar cualquiera?

Candela

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